a veces soy yayi

Por si un día tus ojos no me ven, encuentra aquí lo que es mi cara. Por si nunca prestaste atención a los perímetros de mi cara y mi cuerpo, aquí siempre van a estar. Y si un día no me ves, busca aquí, en todo mar y tierra lo que sea de mí. Tengo el cabello lacio, muy lacio. Su color natural es café, cuando le da el sol aparenta ser más claro pero solo es café. Tengo muchas canas, generalmente me crecen más en la coronilla de la cabeza. Mi cabello es muy delgado pero tengo mucho, entonces a veces no se nota. Mis orejas son de tamaño mediano, no están muy despegadas de mi cabeza pero tampoco muy cerca. Ahorita tengo tres perforaciones abiertas en el lóbulo, dos del lado derecho y una del izquierdo. En su momento, llegué a tener tres perforaciones en cada lóbulo de oreja, todavía se ven las cicatrices de que cerraron. Mi frente es tamaño promedio, mide cuatro centímetros. Mis cejas no son pobladas, son delgadas y al final tienen una curva ligeramente pronunciada. Mis ojos son color café ...

¿Mujer de ideas? No, nunca he tenido una. He tenido miles, tan intensas y fugaces, que se consumen antes de llegar a sostenerse por sí solas. Jamás repetí otras (por pudor o por fallas nemotécnicas). Mujer de poca fe, ánima de gran ímpetu pero con poca estima. ¿Mujer de acción? Tampoco. Basta mirar la talla de mis pies y mis manos. Cobarde, para terminar pronto. Tragándome penas, nostalgia y vacío, porque, ¿quién podría cargar con eso mejor de lo que lo hago yo? Mujer de todos, mujer de nadie Porque el miedo a tu abismo se maquilla con compañías de cóctel. Y al final de todo el convite plumoso, naufrago en esa inmensidad que ya se amolda a mi cuerpo. Mujer, pues, de palabra. No, de palabra no. Pero sí de palabras, muchas, contradictorias, ay, insignificantes, sonido puro, vacuo cernido de arabescos, juego de salón, chisme, espuma, olvido. Pero si es necesaria una definición para el papel de identidad, apunte que soy mujer de buenas intenciones que he pavimentado un camino directo y fác...

 Hoy te extrañé en el floripondio, no sé si alguna vez conviviste con alguno, pero hoy te sentí ahí, y te extrañé como siempre lo hago. Hoy iba caminando y pasé por el parque de los perros, justo iba pasando una perrita que salió de su casa y se fue corriendo al parque. Me acordé de ti. De todas las veces que hiciste eso, de las veces que te saliste de la casa y lo primero que hacías era ir para allá, de como eras tan inteligente que aprendiste a cruzar la calle para ir allá. Te extrañé, mucho.  Significas tanto para mí que no creo que alguna vez dejes de doler.  Por ti sentí lo que es el odio, y el odio no como simple dicho, un odio que sentía que me quemaba, me dolía odiar pero el no poder volver a ver tus ojos me desgarra. Te extraño tanto y cada cosa que me recuerda ti, me hace sacar la vida en lágrimas. No sé donde estés ahorita, pero espero que estés en un lugar bonito. Un lugar en el que nunca llueva, que nunca por nada del mundo truene. Espero que tengas jamón, po...

 Siento que vivo en otro mundo, no me refiero a que es un mundo con árboles azules o que siento que nadie me entiende. Es un mundo ajeno. Últimamente he pasado días sin dormir, algunos han sido para acabar el semestre, otros por insomnio, otros simplemente porque quiero ver tiktok o una serie. Y en estos días que no he dormido, me he dado cuenta que a las 4:45-4:50 se despiertan los pájaros, primero empieza uno a piar, y luego se escuchan muchos. Se me hace muy irreal que nunca me había percatado de eso, y ahorita que lo escribo, suena chistoso porque, ¿quién necesita saber eso? ¿A quién le sirve saber a qué hora se despiertan los pájaros? La verdad es que en términos prácticos, a nadie. (A menos que seas un biólogo o un avistador de aves) Pero los pájaros siempre están ahí, literalmente, todos los días de nuestra vida están ahí, a veces no somos muy conscientes de ello o los damos por hecho, pero en la ciudad siempre hay pájaros. Y ya en este contexto, el escuchar pájaros piar es ...

     Me siento atrapada, consumida, y no se va esta sensación. Pensé que era algo del momento, y busqué relajarme. Me amarré el cabello en un chongo muy alto, para no sentir cabellos en mi cuello y sentir el viento. Me lavé los dientes, pasé el hilo dental, volví a lavarme los dientes, y después tomé agua con hielo. Me lavé la cara con agua fría y me puse crema. Me quité el bra, y me puse una pijama con tela elástica, lisa y suave. Nada, me seguía sintiendo atrapada.  A veces, esa sensación me preocupa, porque no sé qué hacer con ella. Y me pasa seguido, frecuentemente me encuentro sin poder sentirme acreedora de mi cuerpo, y con esta sensación urgente de arrancarme todo el cuerpo. Lo imagino  como si jalaran un hilito azul luminoso de mi dedo, que fuera saliendo a medida que lo jalaran y luego, que fuera más grueso porque ahí van mi corazón, mis piernas, mis brazos; que luego, se atorara un poquito, pero que jalándolo con un poquito de fuerza saliera todo lo qu...

  Últimamente pienso, pienso en nuestras subjetividades y cómo hay cosas de nuestra sociedad que no deberían incluirse en ellas, pero ahí están. Pienso en los desparecidos, en la construcción de la víctima como una otredad, o en todas las afecciones que tiene el hecho de la desaparición forzada, pienso no sólo como esto afecta a familias, que tienen que buscar reparar el lugar que se deja vacío, sino, también en el lugar que queda vacío en las comunidades cuando existe la figura de un desaparecido. Pienso en las palabras, en cómo al juntar letras se crean sonidos y en cómo de estas letras juntadas se plasman las ideas, pienso en qué hablamos muy a la ligera, casi nunca nos detenemos a pensar las consecuencias de lo que decimos y dentro de esta vida que va tan rápido, casi nunca pensamos en que decimos muchas cosas que en verdad no queremos que pasen. Pienso en el futuro, en lo que me emociona llegar a ser y sentir, pienso en qué canciones me gustaría escuchar en ese momento y cómo ...