mujer de poca fe

 Hace poco me cuestioné por qué hay gente que cree en un Dios y por qué yo nunca he logrado creer en uno. Si lo analizamos desde lo social, es porque en mi casa nunca se me enseñó eso y en general, mi entorno nunca me hizo acercarme a ello lo suficiente para que yo lo internalizara. También, creo que nunca he necesitado una explicación más metafísica de qué hago en este mundo. 

Y últimamente he encontrado muy interesante este fenómeno social en el que las juventudes se acercan más y más a las religiones, principalmente la católica y la cristiana. Personalmente me resulta muy intrigante conocer los motivos del por qué, porque es sabido que muchos jóvenes no nos sentíamos muy cercanos a estas expresiones religiosas, entonces, ¿qué pasó? Por un momento vamos a olvidar el inminente y extremadamente peligroso ascenso de las ideologías de derecha, que nos da una explicación bastante sustantiva al respecto. Creo que mi interés va más enfocado en, ¿cómo se logra tener fe? ¿Cómo toda esta gente que anteriormente se pronunció como atea, ahora cree?

Tal vez yo quiero creer. Tal vez yo también quiero ese soporte de ideas que me haga sentir que lo que hago es por un bien mayor, aunque eso lo sepa ya. Tal vez quiero sentirme parte de una comunidad con la que comparta un piso moral. Sin embargo yo no logro conectar con eso, no logro entender por qué alguien tendría que profesarme algo que por mí misma puedo sentir y creer. No sé, tal vez, en verdad no quiero esas cosas porque si en verdad lo quisiera con tanta fervencia, tal vez lo entendería.

 Pero yo sé que existen cosas que no puedo explicar, considero que atribuírselas a un ser con aspecto humano o animal es un poco ambicioso, pero sé que existe algo. Me he convencido de llamarlo universo porque simplemente no puedo encontrar algo a lo que tenga semejanza, o algo con lo que yo me sienta identificada. Sé que existe una energía que mueve lo bueno y lo malo, y desde mi ideal me convenzo de que busca un bien común, indiscriminado. 

Ayer estaba trabajando con artesanxs, personas talentosísimas y con un corazón enorme. Gente que solo se mostró amable, tierna y agradecida conmigo. Ellxs me agradecieron por todas las atenciones que tuvimos América y yo con ellxs, yo les agradecí por todo, pero creo que lo que más les agradezco es que me enseñaron de fe. No me enseñaron de ningún ente metafísico, ni de ninguna ideología, doctrina o religión. Me enseñaron que realmente mi fe es con las personas. 

"Mi lugar de enunciación es mi abuelita que aún cree que existe gente buena", eso salió de alguna clase de algún viernes que ahora, se ve muy lejano. Pero ha sido un mantra de vida para mí desde que la escuché ese viernes. Yo sé que existe gente buena, lo sé porque yo intento serlo. No gente buena en un sentido prístino de lo bueno, bueno en un sentido de que buscan el bien común. Yo hago cosas malas, egoístas y deshonestas, pero eso no me quita ser una buena persona. Y sé que así como yo, hay mucha, mucha gente, con mil "errores" que los convierten en pecadores, pero que no por ser pecadores son malas personas. O intento convencerme de ello con más miedo que seguridad. Obviamente, reservando los matices que estas aseveraciones pueden contener.

Pero creo que eso descubrí ayer. Ayer me encontré intentando rezar o haciendo lo más parecido que me imagino que es rezar. Estaba pidiéndole al universo que los artesanxs de mi salón vendieran todo y que si no podía ser todo, que vendieran mucho. Que eran buenas personas, que tenían mucho que ofrecernos a todxs y que ellos estaban vertiendo sus sentimientos en sus piezas, que estaban dejando un cachito de sus vidas en todos esos pequeños objetos brillantes, que si no era justo retribuirles un poquito de todo lo bueno que ellos emiten. No sé si fue el universo, no sé si me escuchó todo lo que le estaba implorando a gritos, pero empezaron a llegar y llegar personas. Luego me dio miedo de que fueran a robar algo por todo el flujo de gente que había, pero se cumplió lo que pedí. No se me hizo el milagro de que vendieran todo, pero fue el mejor día de ventas para todxs. 

Creo que en síntesis de todo, no sé cómo la gente cree en un dios o en una religión, creo que nunca voy a poder lograrlo. Pero en lo que sí creo, a lo que le tengo fe, a lo que le confío mi existencia y lo que marca un sentido en mi vida es que existe gente buena, y hay otras personas buenas que buscan el bien para ellxs. 

Canción coquetona para imaginar que esta vez ganan los buenos, y dedicada para todxs los artesanxs hermosxs que les tocó en mi salón. Les llevo incrustados en mi alma y jamás les podría regresar todo el cariño y aprendizaje que me dieron. Dedicada especialmente a la señora María y a la señora Guadalupe, tienen todo, absolutamente todo mi corazón. Ojalá las vea el próximo año. 

https://open.spotify.com/intl-es/track/7mMrfUbYLN06xqRbRDhx2E?si=cbc60a1af0554f1a

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