pasaporte dos
¿Mujer de ideas? No, nunca he tenido una.
He tenido miles, tan intensas y fugaces, que se consumen antes de llegar a sostenerse por sí solas.
Jamás repetí otras (por pudor o por fallas nemotécnicas).
Mujer de poca fe, ánima de gran ímpetu pero con poca estima.
¿Mujer de acción? Tampoco.Basta mirar la talla de mis pies y mis manos.
Cobarde, para terminar pronto.
Tragándome penas, nostalgia y vacío,
porque, ¿quién podría cargar con eso mejor de lo que lo hago yo?
Mujer de todos, mujer de nadie
Porque el miedo a tu abismo se maquilla con compañías de cóctel.
Y al final de todo el convite plumoso,
naufrago en esa inmensidad que ya se amolda a mi cuerpo.
Mujer, pues, de palabra. No, de palabra no.
Pero sí de palabras,
muchas, contradictorias, ay, insignificantes,
sonido puro, vacuo cernido de arabescos,
juego de salón, chisme, espuma, olvido.
Pero si es necesaria una definición
para el papel de identidad, apunte
que soy mujer de buenas intenciones
que he pavimentado
un camino directo y fácil al infierno.
Canción coquetona para recordar a Chayito, cosa que se hace muy a menudo últimamente: https://open.spotify.com/intl-es/track/4pGlTSdqeUA40Q6LYourrP?si=949ee212580445af
un camino directo y fácil al infierno.
Comentarios
Publicar un comentario